lunes, 3 de enero de 2011

Antologia de la derrota

Antología de la vergüenza: las 'echadas' más grandes de la historia del fútbol

A propósito del reciente partido entre Inter y Lazio, en el que los segundos perdieron solo por fastidiar al enemigo acérrimo —la Roma—, un recuento de el lado más infame del deporte rey

Miércoles 05 de mayo de 2010 - 08:52 am 87 comentarios
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Walter Samuel fue uno de los protagonistas de la sospechosa victoria sobre la Lazio el último fin de semana. (Reuters)

Por: Raúl Cachay

1. Aquí solemos llamarlas 'echadas', en España son 'tongos', pero la palabra que mejor las describe es una sola: vergüenza. Los partidos arreglados, ese capítulo tristemente esencial de la historia del fútbol, han existido desde siempre, aunque muchos de ellos han quedado registrados en la memoria de los aficionados por su trascendencia internacional o, en su defecto, por lo grotesco y bizarro de sus pormenores.

El último de estos cotejos sospechosos (porque siempre será complicado demostrar la existencia de la ubicua y maloliente mano negra) ocurrió el domingo, por la Serie A italiana, entre la Lazio y el Inter de Mourinho.

La visita buscaba consolidar su liderato en una plaza ciertamente difícil (los "tifosi" de la Lazio son famosos, entre otras cosas, por su aberrante simpatía por el fascismo), pero al frente tenía a un equipo que no iba a ponerle las cosas fáciles a la Roma, su eterno rival, que esperaba un empate o una caída de los milaneses para retomar la punta del torneo. Ya pueden adivinar qué fue lo que pasó.

Los seguidores de la Lazio, que ven a los de la Roma no como rivales sino como enemigos acérrimos, se pusieron de parte de los milaneses desde el primer minuto y festejaron la derrota de su propio equipo por 2 a 0.

"En el lugar del Inter me habría avergonzado de ganar así", dijo el lunes Rosella Sensi, presidenta de la Roma. "Fue una situación muy extraña, pero no me avergüenzo. Es una cuestión entre la Lazio y la Roma", respondió, desde la otra trinchera, Massimo Moratti, propietario del Inter.

2. A Alemania y Austria los separan guerras, tensiones limítrofes, resentimientos históricos, diferencias culturales, en fin Pero en el Mundial de España 82 ambos países acabaron unidos por la absoluta desfachatez de sus seleccionados nacionales. En el estadio El Molinón de Gijón, los futuros subcampeones del mundo y los paisanos de Mozart jugaban un partido decisivo para determinar a los dos clasificados del Grupo B a los octavos de final de la competencia.

En esa época, a diferencia de los mundiales posteriores, no se disputaban los duelos de la última fecha de la fase de grupos a la misma hora, por lo que austríacos y alemanes salieron a la cancha sabiendo de antemano el resultado del juego entre Argelia y Chile: triunfo por 3 a 2 de los africanos. De esta manera, solo un marcador los clasificaba a los dos: un triunfo por 1 a 0 de los teutones, ya que los austríacos habían asegurado su permanencia en la Copa en la jornada anterior.

El partido terminó convirtiéndose en una farsa total: los austríacos se olvidaron de viejas rencillas, invasiones y Adolfo Hitler y bajaron los brazos ante unos bávaros igualmente flojos. Redondearon en ese soporífero 1 a 0 una faena esperpéntica que será recordada por siempre como el mayor fiasco en la historia de los mundiales de fútbol.

3. Este es un recuerdo muy ingrato para los hinchas de la "U". En la Copa Libertadores de 1996, Universitario y Cristal compartían el grupo con los uruguayos de Peñarol y Defensor. En la última fecha de la fase grupal, los cremas habían conseguido un triunfo histórico en el Centenario ante Peñarol, y aguardaban ansiosamente el duelo entre los celestes y el otro cuadro charrúa: cualquier resultado que no fuera un empate los depositaba directamente en la siguiente etapa copera.

Pero, en otra pantomima lamentable, Cristal y Defensor igualaron a cero goles y eso del orgullo patrio, de la solidaridad entre semejantes, debió ser archivado al menos durante un año por los rimenses, que en 1997 alcanzarían el mayor hito de su historia al obtener el subcampeonato de la Libertadores. Todavía duele.

4. Este, más que un partido arreglado, pasará a los libros como uno de los pocos duelos en la historia del fútbol en que ninguno de los equipos quería ganar. Ocurrió en la Copa Tigre —torneo en el que participan los países del sudeste asiático— de 1998. En el último partido de la fase de grupos se enfrentaban los ya clasificados Indonesia y Tailandia. El vencedor del encuentro alcanzaría el primer puesto, que lo obligaría a jugar en la siguiente fase contra Vietnam, el peligroso dueño de casa; mientras el segundo tendría las cosas un poco más fáciles ante la débil Singapur.

El partido tuvo un trámite rocambolesco durante los 90 minutos y, tras un 2-2 facilitado por la indolencia de los defensores de ambos equipos, unos y otros llegaron al suplementario con una sola consigna: perder. Fue así como el defensor indonesio Mursyid Effendi cogió el balón, eludió a los rivales y a sus propios compañeros y se lanzó hacia la portería de su equipo decidido a romper el empate. Fue una victoria ciertamente pírrica para Indonesia: ambos cuadros fueron derrotados en la siguiente ronda y el buen Effendi fue castigado de por vida por la FIFA. ¿El campeón? Singapur, lógicamente.

5. Esto ocurrió hace poco, en el torneo de Segunda División de Maranhao, aunque por sus características podría ser calificado como el arreglo más grosero de todos los tiempos: los equipos de Viana y Moto habían llegado a la última fecha igualados en puntaje, pero los segundos tenían mejor diferencia de goles, por lo que el Viana debía derrotar al Chapadinha por 11 tantos para lograr el ascenso a Primera.

A los 35 minutos del segundo tiempo, el Viana ganaba solo por 2 a 0. Y entonces ocurrió lo que ningún hincha del Moto había imaginado: en solo 9 minutos, el Viana anotó nada menos que nueve goles, con lo cual selló su clasificación y, además, le permitió a los futboleros del mundo que suelen buscar cosas raras en You Tube gozar con una farsa digna del Chanfle o Cantinflas.

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